Las máquinas de enseñar
Un intento de estandarizar el proceso de enseñanza aprendizaje sin interacción social
Estaba leyendo una texto que al pie de página tenía un comentario, sobre una nota en el diario de una máquina que ayudaba a los niños con cierta esquizofrenia infantil.
Inmediatamente me puse a buscar la información para verificarla y conocer más sobre semejante proyecto.
La nota a la que hacía referencia es de 1965, en el New York Times. El texto es de Bruce Mazlish y habla de una "cuarta discontinuidad", a la que describe lo que el considera una nueva herida narcisista para el ser humano... si, muy interesante, pero la nota al pie fue lo que me llamó la atención.
¿Una máquina de enseñar que se usara en 1965? ¿Es posible que sea cierto?
¿Una interacción niño/máquina pauta o programada que dá por resultado un aprendizaje (en éste caso de lectoescritura)?
Si, hay una máquina que hacía eso, o había, es la ERE, Edison Responsive Enviroment (Electric Typewriter), que se fabricó en la década del 60 en USA.
Existe también un reporte de Departamento de Educación, Salud y Bienestar de Estados Unidos de 1972 que la describe:
"La 'Máquina de Escribir Parlante' es una máquina de escribir eléctrica computarizada con capacidades visuales y de audio. Fue diseñado para crear un ambiente donde aprender a leer sería una experiencia exitosa y agradable para el estudiante al permitirle explorar, descubrir relaciones, progresar a su propia velocidad y recibir retroalimentación."
En el diseño participó un sociólogo, Prof. Omar Khayyam Moore, que declara en una nota a un diario de la época que "se puede programar para seis idiomas, además de matemáticas y ciencias." y que además al usarla "un niño desarrolla confianza en sí mismo, mejora su capacidad de aprender y recibir la valiosa emoción del descubrimiento sin ayuda".
Otra nota sobre el aporte de éste autor, nos dice que "Omar Khayyam Moore contribuyó con la teoría y metodología básicas de la ´Máquina de Escribir Parlante´ y utilizó por primera vez el término "entorno receptivo". Sin embargo, el sistema Talking Typewriter comercializado por REC parte, en algunos aspectos, de la filosofía mooriana y refleja algo de una influencia skinneriana."
Generó un gran revuelo en la década de 1960 y comienzos de la década de 1970, sobre todo en su país de origen.
“La máquina de Moore también puede ser una promesa inesperada para niños gravemente perturbados. Un niño de seis años nunca había hablado, y varios psiquiatras recomendaron que lo enviaran a una institución mental. En su desesperación, los médicos del Hospital Mary Imogene Bassett en Cooperstown, Nueva York, decidieron probar la máquina de escribir parlante. El niño parecía fascinado por la máquina, y después de varios meses de repente comenzó a hablar. Está lejos de estar curado, pero ahora parece que puede ir a la escuela en lugar de a una institución. ´El potencial de la máquina puede ser aún más enorme de lo que sospechábamos´, dice la Dra. Mary Goodwin, pediatra."
En 2020, durante la época inicial de la Pandemia del Covid-19, atravesamos una educación mediada por otras tecnologías que O. K. Moore no pudo anticipar con tanta precisión, sin embargo, en una revisión de 1980 de los 20 años de trabajo dedicados a éstas "Máquinas de Enseñar" nos dejaba algunas pistas a seguir:
"En 1960, la tecnología para revolucionar la práctica educativa era sólo una nota promisoria. Es hora de que sus portadores reciban un pago. Los 80´s deberían usarse para aunar lo mejor que nosotros y otros muchos hemos llegado a comprender. Es tiempo de construir y operar un sistema de aprendizaje a escala completa. Tal sistema de incluir por lo menos: 1- Lo mejor de los dispositivos sensibles, 2- Las mejores aulas computarizadas automatizadas, 3- El mejor software cinestésico, y 4- el mejor sistema de control de calidad"
Por alguna razón que apenas logro intuir no se convirtió en el standard educativo actual, no está en todas las aulas, se han impuesto las nuevas tecnologías y el celular ocupa ahora el lugar de ERE, las aplicaciones que se instalan buscan mucho capturar el tiempo y la atención y poco educar o enseñar, o producir aprendizajes significativos para la vida de las personas.
Ya llevamos al menos 60 años de experiencia en educación en interacción con dispositivos tecnológicos y seguimos pensando cómo hacer para que nuestros alumnos aprendan, hay algún tipo de límite a reconocer aquí.
Quizá la mejora pase por una experiencia de un contacto personal con los docentes y compañeros durante el período de clases más que de estar solos ante una máquina que nos refuerza positivamente los aciertos por repetición mecánica...
En breve retomamos las actividades escolares, esperemos que no desde casa y con la familia alrededor, veremos si aprendimos algo de todos esos días de entornos virtuales...